PROSAS PARA MI HERMANO
DIÁLOGOS Y TEXTOS
de
JOSÉ MARÍA TORRES MORENILLA
***
Último trabajo: junio 01, 2020
( en color el texto de los comentarios de amigos)
EL LIBRO DEL TÉ
DE KAKURO KAHUZO
*( " El buen gusto es el enemigo del Arte")
PROSAS PARA MI HERMANO
(en color los diálogos de los amigos)
PRESENTACIÓN DEL LIBRO TAMBORES DE GUERRA SENDEROS DE PAZ DE ALFONSO COLODRÓN
GUERRA Y PAZ
PRESENTACIÓN
La paz tiene muy buena prensa, pero la guerra resulta mucho más interesante
literariamente. La paz es necesaria para el progreso de la humanidad, pero la
guerra es mucho más rica en situaciones, en trabajos e incluso en la superación
tanto científica como humana de las gentes. Mientras la paz puede ser el
hervidero y la levadura de nuevas guerras, la guerra es el cultivo de la paz más
imprescindible. Ante la paz hay cierta atonía del alma; en la guerra, la
tensión, la irracionalidad de la misma, convergen a buscar la paz a toda costa
tanto del vencedor, que en la paz descansa, como del perdedor, que en la paz
puede sobrevivir y rearmarse.
Pero ¿qué es la paz, además de no ser la guerra? ¿Hay paz en medio de una
guerra, hay guerra incluso en los interludios pacíficos? ¿Hubo alguna vez paz
entre los hombres? ¿Cuándo se vivió en paz últimamente? Muchas preguntas para un
solo di-lema: o guerra o paz. Son excluyentes. La guerra es tan ruidosa desde
siempre que basta acercarse a su escenario para decimos "esto es la guerra"; sin
embargo, en la calma chicha de la paz casi nunca podremos decir "esto es la
paz", que creo que no se ha dicho nunca, porque casi nunca la hubo. Paz no, hay
silencio. Silencio de tambores y de cañones; silencio de montañas y de valles,
de grandes surcos verdes por donde fluyen los ríos y el horizonte es lejano y
bellísimo bajo el fulgor de la luz solar y las sombras de las nubes, la
naturaleza resulta pacífica y hon-rada, veraz y luminosa, grandiosa y
liberadora. Los cielos inclu-
so, a tantos miles de años luz, parecen pacíficos, sin achuchones, sin
corrientes, sin movimiento apenas. Resulta una armonía universal hermosamente
pausada, sutil y poderosa al tiempo: nada hay más bello que la paz de los
cielos. La verdad es un caos recompuesto, un hacer y deshacer continuo, un
equilibrio bajo el principio universal de la contingencia, un eterno bullir de
la materia en busca del espacio: la colosal guerra de las partículas por
resultar vencedoras. Todo lo existente quiere conseguir su paz, su dominio, su
sitio en el mundo para gozar la vida. La paz es una conquista por más que
quisiéramos vestirla de entidad espiritual, de Ser, de divinidad que nos ayude a
soportar la vida. Nosotros mismos a nivel microscópico y aún menor, somos una
guerra de células contra invasores, contra células rebeldes, contra venenos y
enemigos íntimos y contra el mal funcionamiento de nuestros órganos. Nuestra paz
es la victoria diaria por la vida. Nuestra lucha nunca puede acabar si no
queremos perecer y damos pacíficamente a la muerte.
Pero todos los hombres grandes, aquellos que quisieron lo mejor para los otros
hombres, siempre fueron buscadores de la paz. La paz maravilla a los guerreros,
no sólo por el descanso, sino porque, tras la experiencia de los horrores de la
guerra, quieren en paz ver cumplidas sus vidas en aquello por lo que vale la
pena vivir, el amor incluido.
Alfonso Colodrón fue siempre un viajero, algo guerrero, que ha encontrado su paz
en su nueva familia, en su consultoría transpersonal, en el hermoso jardín que
cultiva frente a su casa de Pozuelo y en la amistad para la que es mejor
jardinero incluso. Como buen lector que es, puede escribir con claridad y no
puede parar de hablar y de escuchar, también en letra impresa. Por ello,
escribió esta serie de artículos, que en esta obra recoge seleccionados, y en
ella, yo como amigo de infancia que no le pierdo el ojo, leo un recorrido, una
secuela expresiva de su mismo carácter, de su ambición humana, de su sueño de
hombre que quiere recomponer el mundo, aun diciendo verdades; que busca la paz
aun luchando contra la dictadura desde la editorial exiliada en París Ruedo
Ibérico, o recogiéndose en plena democracia en su círculo, sin gozar las
ventajas de la paz lo-grada, ni siquiera económicamente, como hacen ahora muchos
de sus compañeros ideológicos.
Para el autor, la paz no es una utopía, ni siquiera un reclamo publicitario de
los guerreros. Es lucha, una lucha sin cuartel contra los convencionalismos,
contra la segunda muralla de los hombres en las intenciones de pasar por encima
de los otros, los débiles, los menos amparados de la justicia. En cierto modo,
profesa esta religión del ser humano y por ello ha pasado en algún "rifirrafe"
televisivo, con enojo de su parte, por ser un hombre religioso, de una religión
inventada en Occidente a la que llamaron taoísmo, que es en realidad una
filosofía de vida. Pero este autor siempre fue así, con independencia de las
ideas, den-tro de su profunda religiosidad vivida en los primeros años católicos
de su vida y de la que soy particular testigo por nuestra amistad de años. Lo
que dice ahora es continuidad lógica de lo que entonces decía. Nos pasa a todos,
seguimos siendo los mismos aunque cambien las circunstancias, frente a lo que
dijo el filósofo: a un hombre, en su corta vida, no le está dado cambiar
ontológicamente ni siquiera en el mundo espiritual (lo que de-cían antiguamente:
"genio y figura, hasta la sepultura"). Podemos cambiar las conductas externas,
pero el mundo interior es tan limitado y fijo como lo es la órbita del sol
respecto a los espacios interestelares. Solamente los muchos seres humanos en
muchos tiempos pueden evolucionar física y espiritualmente.
La vida del autor ha sido muy interesante: ha viajado mu-cho, más que Julio
Camba. Ha vivido en persona el movimiento estudiantil de Mayo 68, en Francia,
que supuso el comienzo de una revolución cultural; ha participado en tertulias y
amistades de la intelectualidad antifranquista. Ha recorrido el ancho
meridiano de la humanidad, desde Japón a la Polinesia, Estados Unidos y América
del Sur también, en muchos años. Tiene una experiencia de humanidad increíble y
una gran facilidad mayor aún de hacer amigos. Por ello en sus escritos siempre
hay algo vivido realmente; no es un simple teórico de las cosas, aunque sean
científicas y reguladoras de las conductas humanas. Más bien habla del ser
interior, describe con pulcritud el alma huma-na, también la perversa, la
dominadora, y es crítico insobornable, por no ser un ideólogo, sino un
observador enormemente curioso, un raro espectador que, contrariando otra vez al
filósofo, hace algo más que ver: pone en guardia a las personas contra sus
guerras inútiles o descubre los oscuros intereses, casi siempre económicos, de
las grandes potencias y de los hombres que mandan en el mundo, mientras se
empeña en poner en paz y armonía a cuantos le lean o acudan a su consulta. El lo
ha vivido interiormente y sigue intentando profundizar en su vivencia. Incluso
acercándose cada día al movimiento de los jóvenes in-dignados que renuevan su
esperanza.
Cuando me adelantó su libro para que le hiciera el prólogo, quedé fascinado:
cada capítulo es una muestra completa del pensamiento moderno. Nada es
convencional, ni acordado. Es raro que en estos tiempos alguien escriba así, sin
presumir de moderno o de revolucionario. Me parece que hay que estar bien
asentado con los pies en la tierra, sin perturbadores sueños de gloria, para
resultar glorioso. También es un libro escrito con belleza y dominio del
lenguaje. Y aunque hay unidad de criterios y un camino de paz buscado en todo
tiempo, estos "senderos de paz" resultan diversos y amenos de recorrer. Se puede
hacer de un tirón, como puede recorrerse en unas horas una exposición de
pintura, sin dejar de apreciar lo que de singular y hermoso tiene cada cuadro.
Es la obra de un enamorado de la vida.
Releyendo los capítulos que siguen, tomamos de nuevo con-ciencia de que el
panorama actual del mundo es desolador. Y nounto porque continúen las guerras,
sino fundamentalmente por la brutalidad de las operaciones de guerra en el
terreno de la diplomacia, del derecho internacional público, que es pisoteado
cuando los dirigentes actuales, en un ejercicio de agresividad, por emplear un
término suave, no han tenido en cuenta las reglas elementales del antiguamente
llamado derecho de gentes por los romanos, de los tratados, de las convenciones,
de los mecanismos legales reconocidos por todos. Ni siquiera respetan las
formas, los usos y costumbres, las mínimas buenas maneras. Ya lo dijo el
escritor: hay unas faltas que son imperdonables, y és-tas son las de la
cortesía, la guerra no puede hacerse con argumentos lineales, sin respeto de los
tiempos muertos que la han de preceder siempre. Si de algo sirve la diplomacia y
el derecho internacional, es para no dejar con cara de pánfilos a las otras
partes del mundo. Les han dicho ahora: no pintáis nada y si os ponéis bravos o a
la contra os veréis con nosotros. Todavía pa-recen sonar en ciertas.
cancillerías las palabras de Stalin: «¿El Papa, cuántas divisiones tiene?».
Alfonso Colodrón quiere llegar a la paz. Paz en el hombre interior, en el
círculo de la familia, en el pueblo, en las naciones, en el mundo; y va
desgranando su propósito, párrafo a párrafo, con claridad, sin artificios, en
este libro que para mí es una pequeña antología imprescindible, didáctica, pero
no engreída, bella y profunda, como el día a día de su vida en busca de la Paz.
JOSÉ MARÍA TORRES MORENILLA
EL MALTRATO A LAS MUJERES
No hace tanto los hombres presumían de querer ser hombres desde pequeñitos y una de las cosas que más se odiaba entonces era pegar a una mujer. Pegar a una mujer, pegar a un padre, pegar a un cura, no era de hombres, no era de valientes. Después ha habido de todo, hasta pegar una foto con aquel personaje al que se quiere hundir. Ahora, que todo nuestro Parlamento se ha puesto de acuerdo en condenar el maltrato a las mujeres, no nos hemos dado cuenta del maltrato último a Rita Barberá por parte de todos. Un maltrato televisado y argumentado, como si maltratar fuera algo no condenable cuando hay motivos suficientes para maltratar, una de las cosas que todo el Parlamento está de acuerdo que es injusto. Nunca la mujer maltratada da motivos para ser maltratada. Rita nunca fue tenida por mujer ultimamente, como ninguna mujer maltratada o asesinada lo fue nunca para su verdugo.
Pegar a una mujer estuvo siempre mal visto por los antiguos machos, y aunque macho es palabra que produce repelús en muchos, la verdad es que bien visto es lo que mejor definía al hombre: el que gusta de mujer y es un valiente contra toda injusticia. El macho ibérico, que jamás pondría una mano encima de una mujer, ni respondiendo a una agresión femenina con su " manos blancas no ofenden". Sin embargo, el maltrato a la mujer lo llamamos machismo, cuando antes se le llamaba mariconeo, pues un hombre que es hombre jamás pega a una mujer. Llamémosle como le llamemos, a ver si entendemos que, como el personaje de Moliere, todos hablamos en prosa, todos somos machistas y todos hemos maltratado a Rita, yo creo que oscuramente e imperceptiblemente para nosotros. Una mujer triunfadora ( cuatro elecciones con mayoría absoluta) querida por su pueblo, con cara de pocos amigos, más hombre que muchos hombres de su partido y con una sonrisa bonachona y popular. Ahora, que ya se ha consumado la ignominia, cuánto me gustaría haberle podido decir alguna palabra de aliento, algún gesto de humanidad, cuando la dejaron sola, con fieras rencorosas y con fieras silenciosas, con fieras enemigas y con fieras amigas. Por eso cuelgo su fotografía, porque otros la pusieron siempre que hablaban de corrupción. Vergüenza debió de darles. Si la tuvieran.
José María Torres Morenilla, 28 de Noviembre de 2016
DOCE DE OCTUBRE
(12 de Ocubre de 2016)
No hay mares tenebrosos
La gesta que se celebra- yo diría mejor se conmemora- es excepcional. Los españoles debemos sentirnos orgullosos, porque hay otros pueblos extranjeros que se sienten orgullosos de la misma. Ha correspondido a España el lugar más importante de la Historia por esas excepciones, pequeñas en apariencia, pero de enorme contenido. España no ha descubierto un Nuevo Mundo, España ha hecho Nuevo al Mundo, lo ha redescubierto, ha cerrado las brechas del atraso y clarificado el oscuro bosque de la ignorancia. No hay mar tenebroso, ni fin del mundo, ha cerrado el círculo y ha hecho a la Tierra redonda. Esto es la Ciencia, el saber corroborado. Griegos, romanos, egipcios, culturas andinas y mayas siempre tuvieron un último lugar conocido, mientras que los españoles de manera total explicaron el mundo tal y como es físicamente. Por eso ser español es un orgullo y tratar de minimizar la gesta o criticar de manera simplista tan gran hazaña es volver a la era antigua, el Mundo vive la modernidad gracias a España. Un pequeño país, el más grande de todos por su esfuerzo. España sí tiene algo que celebrar, lo podemos celebrar en el mundo entero, gracias a España.
José María Torres Morenilla
Prólogo a mi Río Darro al encuentro de Granada
BAJO LAS SOMBRAS DEL SALÓN
Con este cansancio que tengo hoy qué bien me vendría estar sentado en una de las sombras del Salón, oyendo en el recuerdo el goteo lejano del río Genil, hoy un espejo verde, callado, sin guijarros ni grietas, serenamente cansado y tan lleno como yo de las viejas tropelías, de los duros amores de la vida que contempla el Sol granadino, primo del de Jaén y rival del malagueño, que se atraviesa por todos los caminos que van a dar a la mar, que es el morir o sea todo lo contrario de estar sentado bajo una de las sombras del Salón y recibir el blanco aliento de los tranvías de la Sierra, siempre espectrales, también entonces, cuando subían por quebradas cañadas y puentes de puntillas sobre el abismo, amarillos pálidos, muertos de miedo frente a los abigarrados de los tranvías de la ciudad. Aquellos tranvías de la Sierra cargados de aire, de olores desterrados, de aguas subterráneas. Todavía queda un ligero atisbo de tranvías en el cruce de la Sierra, en la carretera que parte del Salón, cuando al fondo los miraba la Reina Isabel sentada magníficamente, como una reina, con su hermosa papada y la rara belleza, mezcla de buena educación y de viejos temores. Bam, bam, suenan los alabarderos de viejas pelucas y terciopelos más viejos, los escudos y los timbales, las chirimías gatunas de las trompetillas de plata, toda la cohorte de un Imperio naciente bajo los pies de la hermosa reina. Oh mi Señora sentaos en la alfombra verde de la Vega, que os contemple la cautiva Sierra Blanca y su nieve os refresque las mejillas, que tiemble la chopería ante vuestro terror y las palomas vuelen como jaculatorias ante la serena majestad de vuestras preguntas. ¡ Vivan la Virgen de la Alhambra y la Reina Isabel Primera de Castilla!, las hermosas mujeres granadinas que se pasean por su Salón vestidas de fiesta, perfumadas y adornadas con las flores de sus sonrisas. Que sonría Granada entera, bajo las sombras del Salón, que es es el único capaz de soportar el asfixiante calor de una ciudad encendida en la nieve, toda hecha agua, agua por aquí, bajo de aquí, en cascadas, en torrentes, en cuevas subterráneas, en los jardines, en los cauchiles, por las veredas, aguas eternas de las eternas nieves, las que toma el aire y las regala a puñados en los rostros de la Reina. Ay, mi Señora, cuánto tiempo hace que no vienes por aquí y nos enseñas a amar a Cristo, a juerguearnos con Cristo, como debe ser, sin quiebra ni medida, alborotadamente, bajo los cimbeles de la Caballería Real, la que trona más que los truenos y hace temblar las piedras de los caminos. Yo te amaría, serías mi amor secreto, mi amor carnal, el más imposible de todos, mi velado amor para una tarde fresquita en las sombras del Salón.
José María Torres Morenilla
Presentación a la exposición de pintura de Clara Torres Morenilla
en el Centro Cultural Antonio Machado de Madrid
Calle San Román del Valle, 8
del 2 al 15 de Abril de 2013
La pintura de Clara
Claridad, esencialidad, luz interior y sobre todo comunicabilidad en aquello más profundo y doloroso. Clara suelta su mundo íntimo en personajes que claman por compartir su hondura y su dolor, vestidos sus rostros de magníficos dorados, a veces como un grito o muchos gritos de Mandrágora, otras en esencialidad serena de Modigliani, también con magnífica apostura de un profundo "Lorca" que parece llevar en sí el gran peso de su importante poesía. Pero es en la Naturaleza donde el color se sobresalta y añade una eclosión de sonidos luminosos, un clamor colorista del más puro sentir pictórico. El mar, cristalizado, purísimo, esencial. Su faro que tiene más de tierra que de mar, de campo cultivado, de ciudad vivida.
Su pintura nace progresada, muy pintada antes, quizá por lo cerca que vivió el mundo de la pintura familiarmente, de manera que sus conceptos han madurado interiormente. Su técnica del acrílico está bien dimensionada en un dibujo ágil, sin ambigüedades, confundido con el propio color. El color en Clara es un disfrute, una parte más de las ideas, su amigo del alma que la lleva a la inspirción y a la calma que deja la obra bien terminada.
Portentosa pintora, desbordante pintora, corresponde ahora seguir madurando las ideas y los conceptos en otras obras que vendrán seguramente tras estos primeros años de su salida al mundo de la Pintura.
La pintura puede ser un deleite o puede ser un grito sordo. El pintor ha de ser el dominador de su arte y llevarlo a la más pura expresión de la belleza también, buscando también la satisfacción íntima de la obra. Como Clara tiene inmensas cualidades humanas yo estoy seguro que este movimiento suyo de la pintura la llevará felizmente a su plenitud. Por de pronto sorprende, pero bien sabe ella que estos cuadros vivieron interiormente en su mundo y que han salido con pasión y con gusto. Que no deje nunca de pintar.
Clara
Es bella cual mujer pura y solemne,
de los colores tiene lados cristalinos,
del espacio sombras y espejos finos,
danza con la canción grácil e indemne.
Es joven porque la edad no la corrompe
y clara pues definida no oculta nada,
hermosa como de ser muy bien pintada
y frágil si habilidad nunca la rompe.
¿Quién es aquella que para mí es como el bien,
que siendo una se multiplica en cada cosa
y de su mano me soy llevado también?
Es para el arte la inspiración gozosa,
para virtud consoladora y sién
y por lo visto nunca lo fue la prosa.
José María Torres Morenilla
Madrid 17 de Enero de 2013
LOS POEMAS DEBEN EMPEZAR CON BELLEZA Y TERMINAR CON SABIDURÍA
Prólogo de Torres Morenilla al El libro del equilibrio de Alfonso Colodrón
Lao Tsé Lao Tsé es como una bandera de seda, que el viento mueve o una bandera que mueve al viento indicándole el camino, blanca pero tan sutil que parece veladamente gris y combina con todos los colores aunque sean chillones. En la bandera están pequeños pensamientos que miran al infinito y discurren como riachuelos pintados por pinceles orientales, entre árboles frondosos y valles oscuros. Todos sus pensamientos se dicen a un amigo, son palabras musitadas que pueden cantarse y reflexiones severas que pueden estudiarse en las escuelas por los niños más chiquitos. Sólo la sabiduría ha servido descargar a estas palabras del paso del tiempo, pero el tiempo las ha impregnado de temporalidad: nunca hablarán para siempre, pues son tan modestas que serán superadas por las nuevas corrientes del pensamiento, sin que por ello desmerezcan ser oídas. No son religiosas, porque todas las religiones verán reflejadas en ellas muchas de sus cosas. Se olvidan de Dios, pero más por la dificultad de llegar a través de los pensamientos rigurosos al pensamiento del Creador, al Ser de de los filósofos griegos y al Dios Único del monoteísmo, que por un movimiento mal intencionado que oculte a propósito la Verdad Última. Luego, todo aquel que considere esto una religión, o una filosofía religiosa falla lamentablemente, son máximas, consignas, enseñanzas para andar por casa, no para solucionar problemas ontológicos ni para llegar al paraíso, en Lao Tsé no hay paraísos, ni la tierra misma es un paraíso, sólo hay paz. Lao Tsé es la Paz, la paz del Universo y de los Hombres. La Armonía, pues se lleva bien con todo el mundo, de manera que podría ser materia de estudio de los cuerpos diplomáticos o de los políticos profesionales. Es Arte también, es Poesía, una Poesía capaz de ser al tiempo reflejo de la verdad, porque es discente y es sincera. Lao Tsé enseña a timbrar, medir y silenciar los versos; a no perder la esperanza de no querer esperanzas; a comprender que antes de él otros han pensado en el infinito y que este pensamiento les ha traído la paz, porque saben que nosotros los hombres somos el infinito, lo llevamos, es la materia que nos conforma y nuestros átomos tienen la misma edad que el Universo, porque somos el Universo. Lao Tsé y mi amigo Colodrón Qué buena la ocasión que me presta mi amigo Alfonso Colodrón, al solicitarme un Prólogo para su anunciada versión de "El libro del equilibrio". Las cosas importantes se hacen despacio, hoy mismo se resiste a terminarlo, porque terminar un libro es diferirlo para siempre, para no acabarlo nunca. Siete días de Dios es la eternidad para cualquier viviente. Así, mi amigo, que es trabajador y concienzudo en su trabajo, lo ha tomado con todo el tiempo preciso para dejarlo bien, y por ello me concede que en siete días prologue una obra de tantos siglos, más los muchos años que Alfonso lleva meditándola y traduciéndola a nuestro lenguaje. Lo hago con toda la vehemencia de mi mundo poético. Es mi ocasión, tengo ganas de hablarle al que hizo las fugaces nubes, el pensamiento, los filósofos, los taoistas y los alfonsocolodrones de todos los tiempos. Quiero viajar también, de la mano de mi amigo, por el mundo de la sabiduría para tratar de comprender el enigma común que nos rodea, la divina indiferencia de la verdadera grandeza para mirar nuestras obras, nuestros desfallecimientos y hasta nuestra muerte. De ahí quiero sacar alguna filosofía para andar por tierra, que es cómoda manera si no de explicármelo todo, de ser amigable con la vida y conmigo mismo. Llevarse bien con uno es un arte que nadie sabrá del todo. Hay que ser malvado para aprovecharse de esta miniguerra íntima y favorecer la dualidad corrosiva. Lo contrario de la maldad es todo lo referente a la amistad, por ello leeré atentamente su "Libro del equilibrio", para beneficiar la paz íntima de mi ser. Hay un bello diálogo entre Lao Tsé y Colodrón, entre maestro y discípulo. No sé cuál de ellos será el más sabio, lo que sí sé es que los dos se complementan y que una lectura es recogida, ampliada traducida doblemente, hasta hacernos comprender qué ha querido decirnos el viejísimo maestro. Y el viejo maestro habla como para salir en los periódicos, su filosofía es actual, parece también pariente de nuestro Cristo pues muchas de sus enseñanzas está en los Evangelios. También el conocimiento del Ser, de Dios. Es paradójico que las gentes conozcan algunas de las esencias divinas, que nunca se manifestaron del todo, ni siquiera en detalles que son terrenales. Convendría hacer una crítica de ello, pues podemos todos estar equivocados: lo alto no es lo inalcanzable, sino lo inalcanzable si no hacemos un esfuerzo. Creo que Lao Tsé, Sócrates, Colodrón y yo mismo hablamos atribuyendo al Desconocido unas virtudes que seguramente tendrá, pero que no son su esencia ni tampoco hay constancia que las haya manifestado. Pero Lao Tsé también habla para los príncipes. Todos los sabios han sido instructores de príncipes; no así Colodrón que lo hace para el pueblo llano, para el pueblo culto, no para los dirigentes. Me dijo mi amigo " no hables de mí". No me conoce mi amigo: tengo que hablar de él, pues aún habiendo hecho una de sus mejores traducciones, a lo largo de una vida de traducción intachable, es muy diferente al ser traducido. Hay una distancia inmensurable y a favor de Colodrón. Colodrón resulta "otro sabio", "otra sabiduría". Reflejo el traductor de haber puesto en crisis conceptos heredados en los que no se ha hecho verdadera reflexión, ni aún por parte de los sabios de Lao Tsé. No me dijo mi amigo que "no criticara a Lao Tsé". Pero, como no me conoce del todo, seguramente se sorprenderá que hable de su maestro con tal cortesía intemporal, criticándolo, dándole vida, no adorándolo como falso ídolo y diciendo cosas que él no ha dicho, como si las hubiera dicho. No soy taoista y soy mucho menos colodronista de lo que mi amigo se cree. Todo aquel que me venga, aunque sea miles de años después, a hablarme de cosas que no se conocen, me tendrá enfrente, con la misma y fresca naturalidad de la vida. yo prologo para el lector, no para mi amigo y prologo para mí, para tratar de acabar más inteligente y sabio de lo que empecé. Hay una dualidad evidente entre el maestro y su magnífico traductor. La vida ha evolucionado lo suficiente que esta sabiduría del creador taoista ha sido superada en sus contradicciones. Lao Tsé se ha hecho viejo, lo que no quiere decir que se haya hecho inservible, los viejos son muy servibles. Quiere decir que lo que él apuntaba como cerrado y único ha resultado ser diverso, lo que presentaba como leyes eternas son leyes paradójicas, lo que era un mundo lineal ha sido superado por un mundo relativo. Lo que era una apostasía en el éter se ha hecho una realidad sobre el caos. Es mucho más ordenado y veraz el tiempo nuevo: Lao Tsé no habla de la física cuántica, Colodrón sí. Porque Colodrón arregla la mente de los físicos cuánticos y está más al día. Resulta Colodrón imprescindible para la lectura de Lao Tsé, y no es una alabanza, es la constatación de que la pureza del pensamiento laotsiano necesita la reflexión del gran río moderno: la fuente mana y el río nos hace navegar, beber y amar la fuente. Madrid 19 de Enero de 2008 José María Torres Morenilla Volví a leer tu prólogo. Hay pocas veces que un texto ajeno me conmueva tanto, no porque hables de algo mío, sino por el contenido, la originalidad, el estilo, tu amplia visión: una obra de arte que da paso a un texto inmortal, que no eterno (el Tao Te Ching) y especula, como Lao Tse y yo mismo sobre algo realmente eterno: el Tao o el Absoluto o Dios. Un abrazo y espero tu llamada. Alfonso. Cuenta con dos ejemplares. Te los mereces. Cuando quieras más, pediré a la editorial que me hace cuarenta por ciento de descuento y es el descuento que tú tendrás, sí señor.
Mi niño
se me ha perdido la noche de ser un niño, por las estrellas se oye su vocecita, su voz me llena de estrellas y de alegría; me llama en los jardines y por las calles, llamo a un niño que es mío y nadie lo sabe, se esconde entre sus risas y sus miradas, tiene cara de ángel entre sus dos alas. Si me oyen hablar, como en sueños, a mi niño, que no me despierte nadie, que no se ha ido José María Torres Morenilla
Querido Alfonso: Reviso mis dibujos a Granada y quedan seis cuadros sin comentar por ti. Las obras inacabadas suelen ser las mejores, porque añaden algo de temporalidad, como esas obras de arte que están pendientes en los rincones de los pintores o esas esculturas que aún salen de la roca o esas sinfonías que perduran sobre todas en algunas de sus partes, aunque estén inconclusas o sean póstumas. Prefiero que las completes cuando estés desahogado del todo, cuando te salga de un alma sin prisas, cuando supongan para ti un trabajo plenamente feliz y así lo digas al terminar tus comentarios. Los he leído hoy y te puedo decir que te has esmerado en ellos, muy valiosas tus palabras, llenas de un fulgor y colorismo inauditos. Lo que más me ha gustado ha sido el tino con que has criticado amablemente mi obra granadina: por su fidelidad. Es lo más cierto, quise ser "igual", quise que fuera más ella, Granada, que yo; apenas se ve al pintor que nunca la cambia, que la escoge desde su admiración contemplativa, recortando incluso el pulso en lo más querido. Ya sabes la necesidad que tengo de contemplar a Granada desde que nací. También me ha gustado hoy leerte que mi pintura contribuya a que cataloguen a Granada como maravilla del mundo. Desde niño fui guía turístico de Granada con los mismos granadinos, fielmente subía solo a la Alhambra, veranos fresquísimos los míos en los bosques de la Alhambra. También tenía buenas piernas y flacas para no cansarme en sus cuestas, para beber su agua de hielo, para llenarme al fin de su sol caliente de verdad. Verdad maravillosa la de Granada. Nunca podré agradecerte del todo que hayas comentado esta obra mía y que lo hayas hecho desde tu gran altura de escritor. Si yo de niño fui, desde mi tres años, un correteador de los caminos de Granada, tú fuiste un escritor racial también desde muy niño. Nunca se me olvidará la admiración que tuvo de un relato tuyo aquel gran profesor de Literatura del Sacromonte, Don Ismael Pérez, delante de todos nosotros, te destacó y con su buen criterio fijó en mí tu destino y no me he equivocado. Mucho le debemos los dos a este hombre, porque sus reglas siguen luego en todos los escritos, en sus tres partes esenciales del relato, en las reglas racionales del uso de las palabras y en la corrección de los vicios del lenguaje vulgar. Un fuerte abrazo
Gracias, More, por tus
palabras, por tu histórico mensaje literario. Histórico,
porque pasará a la historia. Literario, porque será a la
historia de la literatura. Tú tienes un motor interno para
escribir. Y también para pintar. Mi motor siempre ha sido
externo. Por ello, estas tus palabras, son gasolina de la
buena para que me ponga de nuevo a ello. En realidad todos
tenemos tiempo. Tiempo para nuestras prioridades. Y éstas
cambian al vaivén de los días y de las horas, de las
estaciones y sus temperaturas, sus luces y sus grises. Pero,
sobre todo, al vaivén de la comunicación con los amigos, del
agua viva que sale de la regadera del cariño, la fidelidad,
la admiración recíproca y de las intensidades simétricas del
proceso de relación -la asimetría en la amistad no es buena,
como tampoco lo es en el amor-.
Un abrazo.
POEMA A CHILE
Querido Alfonso: muchas gracias por tu envío sobre las cuevas de
Túnez, que merece de mi parte una visión plácida y sosegada,
después de tus juiciosos comentarios respecto al Sacromonte. Hoy
te envío mi recién hecho Poema a Chile. Después de Haití, Cádiz,
Málaga, Granada, etc. las noticias terribles se han parado por
sorpresa y rotundas en esa hermosa patria de la cultura y el
mundo civilizado en las Américas; algo hemos hecho por Haití,
tendremos que hacer por España (sin olvidar a Madeira) pero nos
duele también entrañablemente Chile y antes que nada, antes que
nos pidan una ayuda tardía, pues el mundo confía en la
autocapacidad de los chilenos para levantarse y en la eficacia
de su tecnología, me ha salido la necesidad de hacerle un poema,
un leve poema que sea como un saludo, un suave saludo sin
pretensiones pero oportuno y lo cuelgo en mi web para todo aquel
que se solidarice con los chilenos y sienta su dolor, que la
magnífica tierra, que yo conocí joven en los versos de Neruda,
tenga nuestro aliento. Un fuerte abrazo.
Poema a Chile Lloro por ti, Chile del alma, columna vertebral de las Américas, lloro tu corazón golpeado, rota fragancia, por las oleadas furiosas de las tormentas; por tu palabra chilena, hoy malherida, ahogada con tu dolor bajo las lágrimas; la sacudida infernal que no te quiebre, que no te hunda el mar en su garganta; así te subas ágil y te construyas un paraíso de fuego, de hielo y llamas; así levantes el vuelo como las nubes que en el cielo se funden con las de España; pueblo hermano y querido, fiel añoranza, si ahora penas por tus hijos desolados, en la quebrada estela de la muerte y de su saña, que orgullosamente te yergues pronto llenada del amor que eres de patria.
Que no te hunda el mar, que no te entierren, que eres Chile del mundo y la esperanza. SEMANA SANTA
Querido Alfonso: Fue el sueño
como una procesión, lo cierto es que yo era espectador, pasó
delante de Dios una insignia que era como un cristal topacio de
buenas dimensiones, gente amable acompañaba la procesión de
manera muy natural, lo extraordinario eran los coros, muchas
voces en melodía muy bella, suave y tonalidades con mucho
corazón, muy carnal, nada sofisticada. Ya me pasó en Semana
Santa también hace años, en Viernes Santo, estando durmiendo oí
unos coros hermosísimos, me desperté oyéndolos y aún después en
mi oído derecho seguían sonando, como si me vibraran las
células. En el sueño de mi poesía no se veía la imagen de Dios,
sí sacerdotes pero pocos, la gente estaba sencillamente en ello
y el lugar era un sitio alto, como el Viaducto de Madrid y las
calles madrileñas del barrio latino. Creo que lo más importante
era la cotidianidad, la sencillez, la vivencia de la gente en el
mundo, también cierta superación tanto de la gente como la mía
en una bondad sencilla y excelsa, como dijo Cristo: el reino
de Dios está en vuestros corazones. La Iglesia Católica
siempre ha vivido al ras de las gentes, nuestra religión está
muy unida a la familia, nuestro Dios es personal y familiar, es
uno más en la familia, convoca a las gentes y no lo hace
deslumbrando con su poder, sino uniéndolos y sacando de ellos un
amor que los hace mejores sin perder su personalidad, no los
trasciende en la santidad sino que aproxima la santidad a ellos,
se comparte. Los coros, ajustados como el viento suave, cantaban
con pureza como un fondo perfecto. Lo mejor del sueño: que
desperté mejorado, más en mí, más como soy yo de verdad. Este
poema no describe el sueño. Tampoco en el sueño vi imagen alguna
y sin embargo pasaba Dios y me quedó un estado superado de mí
mismo. Si el cielo fuera así el cielo nunca dejaría de estar en
mí, además acostumbradísimo como cuando sales a la calle.
Ya viene mi Dios Ya viene mi Dios, ya se acerca, una música sublime le acompaña, ya pasa por mi calle en procesión solemne unido a mis vecinos y a mi alma. Qué gran misterio es Dios y cuán excelso, como mañana radiante en Primavera, sin sombra luz, sin anunciarse, espera, mi corazón llenado de armonías en tanta paz celebra que me llega. Que me llega mi Dios, mi alma viste de hermosura sencilla y la más íntima, desde lo más puro de mí pone una brisa de todo cuanto al vivir lo contraría; no es lo contrario mi Dios, es lo más propio, lo más querido en mí es su grandeza, para encontrarle olvido mi poesía pues no soy más que su ser, su alma sólo; que se vuelva mi Dios para mirarme, para parar en mí sólo un momento, si ciego fui y no lo vi en todo que al final de mi mismo tenga
su soplo. Lo tuyo es más que una experiencia mística. Es la vida onírica, la vida junguiana, la vida del inconsciente colectivo hecha imágenes, la vida universal, el tiempo sin tiempo, la realidad fundida en el sueño y en la vigilia, la vividez de lo vivido y lo relatado...
Gracias por
compartirlo conmigo
Alfonso
DIÁLOGOS, PRÓLOGOS Y DEMÁS El hortelano Yo sé que vine a mi trabajo, con la luna encendida, lleno de luz, de un país que lo pueblan los mil bosques parados, de la anchura más verde y más grande que el mar, de la región secreta donde los hombres se hacen; que vengo, al pronto, al día, y que no me miro atrás, con mi fardo cargado de la buena poesía, atado al bien estar de mis momentos en prosa; que asumo el infinito y que en mi frente herida y en mi hombro no cabe más que soledad. Alcanzo con mis dedos a acariciar la nada, de un sueño a otro sueño que siempre estará roto, pues miro un bosque lleno, poblado de palabras, con los surcos hirientes de sus labios heridos, por los tiempos que pasan en suaves corrientes, que amanecen como astros y que tienen latidos; donde los sueños duermen como si fueran vida: me entusiasman los míos y apenas los conozco. ¡ Fue tan breve el comienzo, y es tan mudo lo escrito ! La vida se me ha ido en los ríos de mis palabras, calladas en infinitos que ocultarán por siempre el bosque que yo miro y mi mirada solo. *** Pues amén, amén. Te sugiero unas cosillas a tu magnífico y triste poema. Un abrazo esperadamente lluvioso alfonso gran paradoja, porque nunca he sido más feliz que en mis momentos de huerta y palabras
Querido Alfonso: me suena
raro pero me parece bien. *** Pues me suenas al reciente premio Nóbel. Deberías leerlo. Muchas cosas en común. Un abrazo Alfonso *** Lo he oído, algo sobre el Africano y
alguna cosa más. Su lectura me animó a escribir: estos
vocacionales influyen en algunos, para escribir. Quise
hacerlo, entonces, sobre un día de lluvia en el Camino
del Darro, no contando más que esa lluvia que está en
todos los sitios, poniendo gris a los días, borrando los
colores. Será mi nuevo ejercicio en prosa "Granada".
Me gustó del francés la unidad del pensamiento y el
sentimiento, la geografía de los sentimientos, la
cercanía de sus personajes. Me gustó también la
protesta del premio por parte de algunos
"entendidos" y los comentarios negativos de los
locutores. Le Clézio
es enorme. Literatura por la literatura. También tú,
sagaz, magnífico escritor, inmejorable lector de mis
cosas.
LA SORPRESA
Querido Alfonso: No somos lo que
hacemos sino lo que podemos hacer, y esto depende de nuestra
voluntad y del tiempo que los romanos llamaban propicio, que
solo quiere decir cuando dentro de nosotros sale un cambio
efectivo y hacemos otras cosas luego. No me puedo encasillar
ni en ser amistoso ni ser misántropo, ni misógino, ni poeta
siquiera, ni pintor. Ya con 3 años andurreaba solo con mis
amigos, mayores que yo, me apunté con esa edad por mí solito
al colegio de enfrente de casa, para estar con niños de mi
edad y aprender. Soy extremadamente social. Me encanta la
gente y las amistades, por eso puedo estar solo conmigo,
hasta conmigo me llevo bien. Ahora estoy en uno de mis grandes
cambios. Por supuesto, no se me puede encasillar (creo que a
nadie) aunque me temo que solo se sorprenden los no muy
listos, porque en el fondo todos somos iguales... Pero bien, aquellos que les va bien con
sus amistades, con la vida, con sus ideas, que lo disfruten.
Ser social es gustar que la gente lo sea...Ah, y siempre
suelo ser el `primero en lanzar la piedra de la amistad,
detallito de hombre sociable. Fíjate, cuando las cosas
parecen tomar rumbos de solitario, de raro, de poco
hablador, suelo hacer todo lo contrario, me lío a hablar por
los codos, procuro ser simpático y huyo de los
convencionalismos: somos lo que queremos ser, que también es
lo que no lo parece. Gracias por contestarme y darme tan
buenas noticias tuyas. Como si fuera mías. Un abrazo.
Pues sí. Sin embargo, sorprenderse es no envejecer. Quien no
se sorprende de nada ni de nadie ya nació viejo. Tú sigues
sorprendiéndome y en la sorpresa, en la verdadera, se basa
la amistad y diría que hasta la pareja.
Dulces sueños sorpresivos
Alfonso
Retahíla, conversación, cuando dos hombres hablan un
tema lleva a otro de manera imparable, consecuencia social que nos tiene
atrapados a todos. Me ha gustado tu final, solamente apuntar que con la
sorpresa no me refería a ti precisamente, sino a esa parte vulgar de la
gente que se sorprende que las viejas casillas, los moldes y los tópicos
que dedican a gentes, por falta de conocimiento, les lleve a sorprender:
¡ hay que rebelarse de los tópicos que nos encasillan!. Yo lo hago
últimamente en la vida diaria, sabiéndome que en lo fácil no está nunca
la solución de un mundo que es una incógnita, sino en el trabajo arduo y
reflexivo, y me vale la pena luchar contra mi situación. De manera que
me quedan ganas todavía para huir de los tópicos, para saberme distinto
a ello, para no ponerme límites ( y menos tan escuálidos) que me puedan
adjudicar. No me gustan los bares, ni las cervezas, y puede que ni el
fútbol; no me gustan las charlas para poner verdes a otras gentes, pero
me gusta hallar del hombre el niño infinito, lleno de vigor, que se
sorprende del mundo bellamente ( no olvidaré de ti, lo que te
sorprendían mis cuadritos que un día te enseñé, tus Oh! me sabían a
gloria: esa sorpresa es cultísima y genial porque admira y es sabia). Lo
bueno es que no nos conocemos a nosotros mismos y debemos tratarnos con
esa admiración, sabiendo que podemos cambiar en todo, rehacernos,
vivificar al niño eterno que nació con nosotros para sorprendernos del
mundo, conscientes que los hombres somos iguales en un mundo distinto a
nosotros. El hombres es igual, el mundo es sorprendente. Un abrazo.
Escribo Escribo y me asomo al mundo. Escribo o me oculto del mundo. Nada es verdad. Empecé a escribir tempranamente, creo que apenas salido de los cinco años, poco más o menos, cuando me gustaba pensar en los recreos, mientras los otros niños se afanaban en jugar y lo hacían de modo serio, concienzudo. A mí me gustaba pensar. A lo mejor, porque era tímido o por alguna otra razón falsa con que explicamos las cosas que no entendemos, como la esquizofrenia o el cáncer. Me gustaba pensar y no huía de nada, no tenía ningún temor, era valiente y solitario. Hacía mis pellas, huía del Colegio y recorría mi amada Granada, por Puerta Real, Reyes Católicos, la Gran Vía, tan cerquita y seguidos de mi Colegio, Los Escolapios, en pleno Salón, en el hermoso paseo granadino de árboles enormes y de inmensas sombras. Al ladito del Genil. José María, me dijo el niño, el profesor se lo va a decir a tus padres. Y qué, le contesté. No era miedo lo que me alejó siempre de la algarabía, tampoco desprecio, ni crítica, era otra cosa. Me entrenaba en el músculo cerebral. Esto dicho así suena fanfarrón, pero no quiere serlo, lo digo por que de una vez no hagamos dicotomías con las cosas del mundo: el hombre se especializa en esto o aquello, por miles de informaciones y genes desconocidos. Y lo hace espontáneamente. Si es por dinero y adaptación social mejor es jugar al fútbol, si es por sentido crítico y ser espectador del mundo quizá sea mejor sólo pensar. Pensar y jugar al tiempo es hacer alguna de estas cosas menos bien. La ciudad La pequeña ciudad es un mundo que quiere dirigir los pensamientos de sus gentes, mediante las costumbres, los convencionalismos, los consejos de quienes parecen venir del mundo perfecto. Se jactan de saber nuestros malos secretos, de que tengamos que saludarles al encontrarnos, de que lleguemos a presumir de cosas estúpidas o de las riquezas, para nosotros, imposibles. La ciudad nos viste con sus ropajes y nos desnuda con sus mentiras, nos hace distintos a quienes somos, nos encarrila por sus calles. La pequeña ciudad puede llegar a ser lo más parecido a una cárcel. La libertad no es que seamos lo que hemos sido, sino que podamos ser de otra manera. El pasado es siempre lo que nunca existirá. Aunque la vieja ciudad quiera posponer la muerte del pasado, como la de ella misma, manteniendo sus edificios, sus paisajes y sus convencionalismos. Nadie lo dice, pero hay cierta paranoia provinciana, cierto modo de elevar la voz para que nos oigan, de estar presentes en las gentes que son nuestros vecinos. Nos hace ser unos pequeños ruidosos, para que las gentes nos vean del modo que queremos nos vean, aunque ese modo sea también insignificante. Un día cualquiera daremos una voz terrible y caeremos en cuenta que nos estamos rebelando contra nosotros: nunca se debe vivir para fuera, pero siempre hay que contar con los de fuera para vivir plenamente. El aire de la otra ciudad nos hace libres. De la gran ciudad. De esa mole tan enorme que nos deja ser quienes somos, sin dar cuenta a nadie. Es inútil en ella querer aparentar lo que no somos. Nos deja triunfar y nos deja fracasar. Shakespeare y Marlowe Por curiosidad, siguiendo el hilo de una conversación en un foro de Internet, me metí en el superficial estudio de mi admirado y lejano Shakespeare. Comprobé que no sólo los españoles tenemos ansias cainitas con nuestros compadres, sino los ingleses también con los suyos, aunque de otro modo. En el fondo la envidia del inglés al mayor de sus escritores es como la española respecto a los nuestros, pero todavía peor: le niegan la paternidad de sus obras por los detalles más nimios y los argumentos más quebradizos. Si a Lorca, víctima de la brutalidad y la contracultura, como también lo fue Muñoz Seca en el otro bando, se le tilda de aquello que él contó, aprovechando sus confidencias, a Shakespeare se le mata de otro modo, quitándole de un plumazo toda su obra y se la dan a un personaje más gris y siniestro, llamado Marlowe, incluso a la reina Isabel. Y lo hacen los ingleses con eruditos, actores, escritores, la cohorte de indeseables en la que hay bibliotecarias y toda una retahíla de intelectuales. Cuál es el argumento principal: Shakespeare, dicen, apenas sabía escribir, no quedan ninguno de sus manuscritos, en el testamento no hace referencia a sus libros y, lo más pérfido, nunca podría dar todos los datos de historia y de cultura que contienen sus geniales obras. Contra esto yo he resumido la situación, que es lo que hacemos los poetas, resumir los problemas como si nos eleváramos sobre los paisajes en un vuelo de la imaginación, que no tiene tiempo ni otros agarres de la incultura. Es verdad que era el tercer hijo de los cinco que tuvieron sus padres. Su padre era comerciante, concejal y luego alcalde de Stratford-upon-Avon. Shakespeare, cuando su familia empobreció, fue ayudante de carnicero, mataba a las terneras con habilidad, mientras solemnizaba el acto con pomposos y literarios discursos, que era usual. Tenía los estudios de entonces, el equivalente a nuestro bachiller actual, periclitados sobre el griego y el latín. Sabía escribir de sobra. Lo hizo como nadie cuando, siendo actor en Londres, vivió y amó el teatro desde dentro. De esta costumbre de improvisar y de la necesidad de vivir al día las obras apenas si había textos escritos, líneas de referencia que los actores ampliaban a modo. Los manuscritos eran cuartillas, manoseadas y desordenadas por la farándula. Los argumentos eran copiados de unos a otros, pues la originalidad era la representación que no la autoría. Pero esto se hacía en todas las partes del mundo y por todos los autores. Lo que es más original en su hacer son sus palabras, el manejo de los personajes, la profundidad de sus pensamientos y sobre todo la dramaturgia, o sea la representatividad y la universalidad de su discurso. Se retiró a su pueblo natal en 1613, tras construirse su casa y murió el 23 de Abril de 1616, la misma fecha que figura del fallecimiento de Cervantes*, sin dejar un testamento de su obra literaria, porque su obra no moría ni se retiraba con él, seguirá representándose siempre. * El destino tiene a veces estos guiños, aunque según se lee, puesto que Inglaterra se regía por el calendario juliano, que tenía once días de retraso respecto al calendario gregoriano que regía en España para la data del fallecimiento de Cervantes: coinciden las fechas sólo textualmente. Hermano, y si... tu literatura fuera de lo mejor, y si te leyera D. Ismael y te pusiera la mejor nota: Acudo a ti, como al oráculo, porque sé que eres literato desde los dos años por lo menos. En tu casa, como en otra se bebía vino, se bebían los autores por todos, erais bebedores de literatura. Sois los Bach de la literatura, los profesionales. Atinas siempre, en tus elogios y en tus silencios. Pero yo...A lo mejor me quedo corto. Un poco rarillo sí que eres cuando dices que tienes 100 años, pero es cultismo, citas y citas con mucha precisión. Muy bien. Tu padre, don Victoriano Colodrón, componía algunos poemas como una taracea de citas y eminencias (esta palabra es mi literato innato) y las perfumaba, tu padre, el vallisoletano, se recreaba en la palabra hasta hablando, la deletreaba, era delicia oírle, también era delicia oír en sentido diverso a los granadinos que hablaban como las huertas, con sonidos frescos y olorosos: la palabra como cosa, medible, pesable, fenómeno físico es el cielo de las ideas, hacerse vida. Tu escribes como si fueras un pequeño buda debajo del árbol, pero puede que tu sitio sea más elevado, siempre que no te acerques demasiado a la divinidad y te consuma del todo, a Dios hay que dejarle su sitio siempre, repetirnos hasta la saciedad que nunca habrá confusión. Pero en cuanto a la literatura, podemos los demás no decirte lo más exacto ni atinado, sois los amantes, los que mamasteis esto los que acertáis siempre. Además tú editas:¿Quieres mejor prueba de lo bien que lo haces? Ahora un poema viejo mío, del año pasado, uno de mis clásicos, ayer lo rescaté del borrador, ayer también borré muchos sin remordimiento El Amor no rima con el deseo Con mi mano partí toda mi dicha rota, en cada región de amor se me enconó la vida, rondé al amor, pero sonó sin notas, llenóse el aire de mi soledad herida. ¿Se pena acaso, amor, estando tan sumido en el deseo de amar, si sólo estoy herido y no es amor lo que el deseo me deja? Yo sigo enamorado, estoy comprometido a no dejar de amarte y a mi deseo estoy unido. Mi querido amigo Alfonso: cuando puedas te das un paseo por mi nuevo "Los poemas del ser", han engordado, han adelgazado, en ellos hay cosas nueva y nueva disposición, una selección última. También de mi página te aconsejo pases a "Los poemas de la Alhambra" que te traerán recuerdos. http://www.terra.es/personal3/torresmorenilla/poema.htm Nada más, señor importante, señor trabajador sin descanso, señor último jubilado del mundo que no tiene tiempo para los amigos, señor requetesilencioso que masculla por su interior cosas gruesas, señor horticultor, señor, señor, Un abrazo Ayer estuve revisando todo lo tuyo. Es muy bueno, realmente. El prólogo, cuando llegue de Palma la semana que viene. Me voy mañana a las 7h. Acabo de contar el cuento a Lidia y ha quedado frita. No tengo la maleta hecha. Nos vemos. Tu prólogo, coloquial, granaíno, clasicista... Misantropía y cosmopolitismo "Sin salir de su casa, el sabio conoce el mundo", dicen los taoístas. Emily Dickinson era bastante misántropa y la tengo por una de las mejores poetisas en lengua inglesa. También era bastante misántropo Marcel Proust.Pero tu amor por Granada supera el de Federico, el mío e incluso el de Jose Luis. Precisamente porque eres un "transterrado" y él no. Federico no tuvo tiempo el pobre de añorar Granada tanto como tú. Por mi parte es algo que cultivo voluntariamente, pero no me sale de las entrañas. Es una vuelta consciente a la infancia y al flamenco. Algo mental y algo emocional, pero nada visceral. Por cierto que estoy haciendo parte de la colección de buen flamenco que está vendiendo el País por 5,95 los jueves y los viernes. ¡No te pierdas La niña de los peines, sobre la que Federico tiene algo escrito, si mi memoria no falla! Camarón me emociona. Estrella Morente, granaína, cantando una media granaína que llama "Alcazaba" te pone los pelos de punta. A ti te conocerán un día, porque eres más prolífico que yo. Los buenos pintores han sido reconocidos cuando dejaron de pintar -porque estaban bajo tierra-. Yo me empeño en que tú lo seas antes de que tus huesos alimenten árboles y plantas. A propósito, que estoy empeñado en ser enterrado, sin incinerar, bajo una higuera, aunque contravenga todas las leyes de sanidad. Pero no quiero dejar esa carga a quien tenga que encargarse de tan trabajosa tarea. Un abrazo. Alfonso. Voy a procurar que estas palabras tuyas sean trascendentes, porque has dado en el clavo una vez más. Lo mío por Granada es locura, pero una locura que tenemos muchos granadinos. Nos engendran nuestras madres, nos echan a la calle a jugar, jugamos con Granada y ya no somos más que granadinos hasta que nos morimos. Has descubierto el cante hondo, quintaesencia musical de todo arte. Has descubierto la música que sueltan los verdaderos sentimientos, todos los nombres que citas: Niña de los Peines, Camarón, Estrella Morente son geniales artistas, casi artistas integrales, los que acomodan su vida interior al arte. Se necesita una ceremonia continuada de iniciación para que acuda el duende del cante y suelte la guitarra interior del dolor o de la alegría y saque belleza. Otra faceta más de tu cultura. Sin tanta locura mía, sin que te esfuerces mucho, puedes sacar tu granadinismo con que te acuerdes simplemente de ti en Granada. Tus momentos de soledad, si es que tuviste algunos o si te dejamos que los tuvieras tus hermanos y tus amigos. Un fuerte abrazo. Unos versos para recibirte Unos versos, hermano, ahora que vienes de la alta montaña de sembrar árboles y de tarar las prisas. Unas palabras que te conforten y te den más palabras, que saquen de ti lo mejor. Veo, con ilusión, que mi influencia es benéfica contigo, escribes bastante, editas bastante y tú has descubierto al gran prologuista (Sabía yo esto, tengo notas en mis libros de poetas que me gustan y son atinadas). Son momentos que la historia concede a las personas y las aúna como amigos, somos más trascendentes de lo que creemos, no nos pase lo de los mayordomos que nunca visten a grandes hombres. Quiero que me nombres en esta tarde Yo quiero que te siembres en esta tarde, y que, al posar tu cuerpo sobre mí, desnudo, sobre mi pecho escribas con tus uñas afiladas el instante más duro. Quiero que me nombres y que mi nombre suene, que se llene la tarde de mi nombre, tuyo, quiero unir mi deseo de amor con tu deseo, que me tengas también, que estoy cansado, y deseando recibirte al otro lado del mundo. Quiero ponerme serio, grave, rudo, dejar que mi barba te escueza y que te arañe, quiero notar la suavidad en tu piel, quiero en ti como hembra desearme, vaciarme del todo, que estoy acumulado, y de una vez, amarte y desamarte. Me tienes paliativo,errático, transunto, me tienes fornicado, hurtado, moribundo, estoy, por ti, levático y cornudo, posa tu pelo de sedas, inconstante y rubio, sobre mi vientre, mi necesidad y mis muslos. Me das la eternidad Yo miro el universo, inmenso, tan grande y tan oscuro, y cual ligero vuelo, un sutil deseo siento que todo agita y lo remueve. Yo siento que te veo, oscura y perfumada, brillando para mí desde la roja luna que en la rodaja tu flor blanca exhala. Eres para mí tan grande que, para que yo con frenesí la beba, la eternidad derramas. Son algo eróticos, qué no lo es? Un abrazo Unos versos maravillosos Querido,
More: ¡has dado el do de pecho! Sí señor. Al primer
poema, ni una coma que quitar, ni una coma que añadir.
Al segundo, me permito todas estas variantes, que pueden
rechinarte, pero que realzan tus magníficas onomatopeyas
y el ritmo, primero rápido y luego cadencioso y
enriquecido de la totalidad de los versos y de los
sentimientos expresados. Pero léelo en alto y con la
vieja entonación de los antiguos poetas, como si
estuvieses recitando a Rubén Darío, a Walt Withman o a
Pablo Neruda. Verás que bien te suenan. Verás que bien
te suenas. Los considero desde el punto de
vista literario, psicológico, emocional, biográfico,
terapéutico, transpersonal y espiritual. Además de
místicos, que toda mística es erótica y todo verdadero
erotismo es místico, espiritual, ecológico y cósmico.
Se me han puesto la piel de la carne de gallina. Un abrazo
Alfonso
Hace tiempo que no escribo un poema. Aquí va lo que me surgió mientras cenaba: El tiempo corre Tengo tan sólo un siglo, cien años de vida otorgada y dos tercios ya vividos. Son pocos los años por tejer y muchos los días perdidos. Tal vez pueda detener este instante en que todo lo entiendo y todo lo puedo e infinito es el gozo y el éxtasis desbordado, antes de que las estaciones contadas se precipiten en el molino que recuerdos y deseos tritura. Me queda mucho por decir y mucho más por hacer, a pesar de que dicho y hecho lo está todo. Siempre por descubir algo queda entre las diez mil sendas caminadas. La sorpresa tras el árbol muestra su rostro nuevo nunca envejecido. Peter Pan puede enseñarte el garfio y mostrarte su reloj su Capitán amigo cabalgando sobre un cocodrilo ahíto. Y al decir "0h", Campanilla se libera de las profundidades de tu garganta, mientras Wendy y los niños perdidos crecen, se
casan, se reproducen y mueren. alfonso colodrón gómez-roxas
Me ha gustado, porque tiene un movimiento sabio y pausado al principio y un lenguaje algo misterioso. ¿Tendrás un siglo? Bella trampa que nadie podrá corroborar, ahora: tienes lo que quieres tener. De ese ideograma vas a tu iniciada adolescencia y aparece Peter Pan, el muchacho que fuimos, con nuestro vello saliendo, el cambio de voz, la nuez y el sexo nuevo, los atributos viriles en el niño apenas. También la campanilla de los sueños, la mujer que sería ideal, si fuera de tamaño normal, pero que sólo puede inspirar las prácticas masturbatorias adolescentes. Una evocación a la juventud iniciada, a lo que será, en un panorama en el que la vida cumple su objetivo por sí sola, casando a los bobos niños que por todo se entusiasman y se asustan. Lo último es como el etcétera de algunos escritores... La primera parte de tu poema, justo hasta desvelar el rostro, es grandilocuente y cultísima, la otra desbordante y próxima. Las dos mitades tuyas. No te animo a que sigas inspirado, que soy celoso y malo como poeta, nunca el amigo y temo me aventajes en lo que considero muy mío, pero si lo haces, no te olvides de mandarlos (los versos), que me han gustado. Por cierto, un tratado sexual sobre Peter Pan no estaría mal. Me conformo Yo me conformo, si miro alrededor yo me conformo, con ser como la rosa, que es efímera, con soñar en las sombras, con dormir por el día, por recoger mi frente todo el frente sereno de la poesía, por sembrar con mis pasos el triste paso de un hombre, con mirar la belleza que a los grandes inspira, con mirarte a los ojos, con oler tu perfume, con oirte, reir, con callar, con morirme también, que la vida me cansa y me da sueño perderte, con abrir el ordenador y escribir este halago llamado internet, siempre me queda el mar, inmenso y desplegado que recoge las aguas y las llena de sal y de olor a pescado, para poner de espuma una flor blanca, pura, sacada de Dios. *** Este último poema que me envías, me gusta porque va más allá de Neruda -que tal vez no sea santo de tu devoción, pero cuya sonoridad en sus versos pocos han alcanzado después de Rubén Darío- y, al mismo tiempo, tiene resonancias nerudianas y también de Walt Whitman, pero más contemporáneo, más moderno, pues ese es el destino de los que sobrevivimos a los grandes: mejorarlos, como el destino de los que nos seguirán será superarnos. Un abrazo casi a punto de salir para Tarifa y en medio de la impresión del Tao Te Ching para entregarlo mañana. Un abrazo Alfonso Una noche estrellada Pues no, de creativo nada de nada. Esta noche pasada,
sacando a mi perro, en la noche estrellada a lo antiguo de Mejorada,
llena de estrellas y de insondables espacios oscuros recordé mi poema
"Las colinas del orbe", que había puesto en mis Poemas de la Alhambra
como colinas rojas y pensé devolverlo a su original y metafísico sitio,
relocalizándolo en mi Inefable Esencia donde tengo los poemas más
religiosos. Estoy pues en el maravilloso compás en el que no se escribe,
el pensamiento se condensa en la vida; mucho más poético pero para mí,
la poesía es entonces tu cuerpo, tú mismo. Esas estrellas tan rutilantes
y limpias me recordaban a mí cuando era joven y lleno de salud-total,
porque el Universo es maravillosamente joven, eterno le dicen. También
entendí la gran obra de Dios, su grandeza ejemplar en nada parecida al
orden de los hombres, pero vi líneas rectas, una disposición estelar que
se aproxima a un mensaje, por eso desde antiguo han visto escritos los
destinos de los hombres. Creo, que al revés, no hay tal detalle sino los
grandes trazos que permiten la vida. Magnífico cielo estrellado de
Mejorada, lo que son las cosas. ¡ Esas muelas! Dichoso tú que todavía
las tienes. Un fuerte abrazo.
El último poema
Mirarte fue la perfección, hundirse en la poesía,
nada más tenías qué hacer que estar al
lado tú eras, en ese instante, el ser más perfecto; la mirada flotaba por un tiempo infinito con toda la belleza de un poema inexplicado, nada quería el amor más que tu presencia, el poema eras tú, absoluto y espléndido.
Tu
poema refleja el ritmo de tu alma y el deseo de tu corazón, la
añoranza de los tiempos que se fueron y el anhelo de la fusión
con el Bienamado, la Totalidad de la Existencia, el Tao, Dios.
La Poesía Me quedé anclado en la Poesía. Me gustaba escribir normalmente en Prosa, contar cuentos, incluso hasta novelas, teatro, artículos, también algún poemilla, pero acabé escribiendo casi únicamente Poesía. Era un poco como no escribir, como hacer los deberes del Colegio en casa, casi por obligación, como recurso para mantener la conciencia de escritor tranquila y muchas cosas más que no puedo explicar. El caso es que día a día me fui viendo un poeta, lo que chocaba con mi particular pragmatismo que nunca quiso ser el trasnochado poeta, romántico e idealista que mira más al mundo exterior y le regala su imagen que el contrito reconcentrado, incapaz de querer que nadie lo reconozca y mucho menos actuar ante el público. Claro que hay una poesía misantrópica y en ella tuve mi lugar. Ya para lo último, cuando otros me han llamado poeta y leen mis poemas y los reproducen, cuando se puede decir que he llegado a ser algo público y escribo desde entonces con más cuidado y pensando en el lector, aquella poesía mía musical y amante se ha convertido en mi propia teoría de la Poesía. Preocupado por el ritmo y más que en ello por el vuelo del poema- siempre he querido escribir como las aves vuelan, sobre todo las planeadoras que llenan nuestros veranos de piruetas magníficas y prolongados trazados- como algo natural, que fluye armonioso sin parecer esfuerzo. En el fondo soy un buen músico, un loco desde niño por la música en todas sus manifestaciones, un músico sin pentagramas ni los números musicales pero exquisitamente con el mejor de los oídos y la memoria musical. Mi Poesía es música que ha perdido el vestido y se muestra oronda y rotunda con todas sus carnes expuestas para el pintor. Pintar, otra cosa que he hecho desde muy joven, pero a intervalos de años. Ahora, con todo el tiempo del mundo para escribir a diario, en las altas horas de la noche, como una hormiguita que lleva su carga sin importarle el peso, construyo una poesía a veces amorosa- aunque de siempre tuve claro que una cosa es la poesía y otra la realidad, que como poeta siempre fingí cosas que no me pasaban, que era una dramaturgia de personajes ficticios, que a veces me inspiraba la realidad tanto mía como ajena, pero que al pasarla a poesía ya no era realidad ni la reconocería luego como tal: la Poesía es otro mundo, que me lo digan a mí, que es incluso otro tiempo sacado a mi vida-. Teoría en la que no faltan excepciones, algunas evidentes, como mi amor por Granada y por los paisajes de la Naturaleza- los ríos, los montes, el mar, las nubes...-que acabarán por ser otros personajes literarios, extremadamente humanos y casi ficticios. La Poesía no es verdad, pero lo verdadero es poético. Ya se puede decir que rozo el magma poético, el líquido que impregna a las cosas del sentimiento poético, eso que fluye incluso de los poemas de construcción más rígida y estereotipada, esos que alguna vez alguien inventó y desde entonces repiten casi todos los poetas, la antipoesía que ocupó soporíferas clases de Literatura y declamadores horribles en colegios y aulas de todo el mundo, hasta eso es Poesía. Vivir de la Poesía es como vivir del aire, de la manera más benevolente, dejándonos llevar por los acontecimientos aunque nunca deben ocupar nuestro espacio, rozarlo si acaso. Porque no se debe usar la poesía para vender sardinas si la prosa es más directa y elocuente. Pues una cosa que no es, que no existe, como es la Poesía, ha de ser rigurosa y excluyente y lo único importante para un escritor que la escribe. Otra cosa es la Política y de eso no entiendo. José María Torres Morenilla
La vida estuvo cerca Mi vida es un reproche, hay veces que miro atrás y estoy de cuerpo presente, un río de amor ha discurrido sin que yo lo sienta, llamé amor a mi asesino y hermano a mi devorador, he sido para mí plenamente el peor impostor. Me llora el alma del gran hombre oculto y acabado, la buena prosa hablada con que se escribe el amor. He dejado pasar a muchas muchachas para mí pintadas, sin volver la cabeza, ni seguir su sombra. Nítidamente entiendo que he perdido el tiempo, la verdadera poesía es algo que ocurre raramente. José María Torres Morenilla Sencillamente sublime Eres increíble, Morenilla. ¡Qué cantidad de registros! Con éste te has pasado dos pueblos. Es realmente escalofriante. Me recuerda los versos de los mejores taoístas chinos y poetas clásicos japoneses. ¡Eres universal! Un abrazo y sigue, sigue, por favor Alfonso El robot Soy el robot anticomunista hecho de lata, muevo mis brazos y mis manos, sueno a lata, tic tac, de un lado u otro, soy el anticomunista, me han hecho un viejo robot de los años veinte, pintura roja y pintura azul, piernas oscuras, olor de cochecito nuevo, llave a la espalda, me muevo en línea recta y asiento a todo, tic tac, suelo ir a los bosques y a los ríos, y hablo de todo lo alto por lo más alto, pero por debajo siempre soy un anticomunista y lo saco, pese a todo, en las pausas, el viejo color rojo me repele como la sangre, aunque el Muro de Berlin han derribado yo levanto un muro anticomunista de continuo, creo que cuando era niño, apenas átomo, cuando no puedo recordar lo niño que era, me dieron unas consignas anticomunistas y las llevo tan adentro que me están ocultas, tengo el cerebro lavado con bondades, soy un robot de lata, juguete del destino, tic tac, anticomunista acérrimo. Magnífico el fondo, lamentable la forma. Cero pelotero te pongo esta vez. Alfonso
JAJAJA, lo tengo merecido. Un abrazo.
La estación No hace falta decirle al mozo de estación: la carga que llevas no es tuya. No hace falta decirle nada. Silba el tren y parece el silbido ganar más fuerza. La gran campana del techo repite el silbato, es estremecedor estar tan solo entre la gente; si hace frío es terrorífico oir hablar. Si se es muy pobre las manos se empeñan en estar más frías, si se es mozo todo el mundo sabe que no eres importante. En el cielo azul, de un añil muy repetible, las nubes se descomponen con más agilidad que fuerza, y un extraño olor lo invade todo como la palabra gas. También los frenos respiran fuerte y los vagones titubean. Al pasar por el WC se siente que ha sido perfumado, y la cantina abierta también deja pasar los azucarillos, las cosas inoloras huelen dulcemente a papel y a tinta. También la máquina del café respira fuerte y los periódicos tiemblan. Si se es muy pobre no nos espera nadie, chocan con nosotros. Las grandes farolas encienden una opaca luz noctámbula. Todavía es demasiado pronto. El tren para llegar ha de esperar. No tengo más que mi chaqueta y un papel doblado en un bolsillo. Mi papel sólo tiene palabras dobladas, sólo me tiene a mí. Le doy vueltas y más vueltas a la vida y sigue igual. Nunca cambiaré nada. No hace falta decirle al mozo de estación: la carga que llevas no es tuya José María Torres Morenilla " Escribe genial, pero veo un sufrimiento
potente, su subconsciente tiene un punto de casi socorro,
algo que toca fuerte mi piel, casi me sobrecoge la
sublimación de su intensidad ¿de soledad?¿de
dolor?¿de qué? Es una poesía que te hace penetrar en su
interior y querer abrazarlo, me toca"
,
TE BUSCAN TODAVÍA
Un campo de amapolas
domina el monte y, sobre el monte, baja, enredado, un riachuelo escondido. Se caen las nubes con la misma tristeza que el alma vuela en su destino, y un sol, oculto, solemne e impoluto lanza llamas de fuego, espejo de su poderío. No canta el pájaro que un día voló, ni tus pisadas pisan la yerba del caserío, mas hay, en silencio, la extraña música que unió tus pechos al pecho mío. José María Torres Morenilla Con el tiempo recuperas la sabiduría que siempre te caracterizó. La que quizá dejaste algo de lado por las habichuelas, los convencionalismos, las imposiciones familiares y tu refugio en el coleccionismo de cosas caras compradas baratas. Me ha emocionado tu poema. Capto su sentido obvio y el oculto. Siempre hay una cierta nostalgia de pasado o de pasado no vivido o de futuro no esperado en tus poemas. Será que el otoño nos vuelve nostálgicos o nos hace reflexionar en esta "dulce estación, benigna la hora". Un abrazo Alfonso UN POEMA ES UNA PALABRA
Aire que en mi boca duele, cargado está de mi pena, de la soledad del pecho que en mi corazón se entierra, aire que me da y no queda, que me nubla la mirada, que me llena de las lágrimas, que me embebe de añoranzas, soltado está de mi alma, aire y soledad, soledad tan mía, que en el aire está. José María Torres Morenilla Inmejorable tu poema. Más que gongoriano, morenillano. Ahora mismo añado el neologismo en mi particular Diccionario de la Republicana Academia de la Lengua Española. Tu eres tan liberal, tan anti-yo que eres anarquista de los buenos. No de los que ponían bombas, sino de los libertarios que creaban escuelas gratuitas e intercambiaban los bienes que producían con sus manos. Y lo sobrante lo repartían a los que habían tenido peores cosechas, temblores de tierra, inundaciones u otras catástrofes naturales, que las muertes por carretera no son naturales, ni las por obesidad, etc. Me permito dos cosillas. Quita la coma, si quieres después de "pecho". Verás como se recita mejor en alto y no cambia el sentido ortodoxo de la gramática ni del contenido. Al final, descubre la palabra que te ofrezco. Te la mereces. Un abrazo Alfonso Estoy de acuerdo con lo de que las matemáticas son puro lenguaje. Es más: cada vez que me cuentan un conflicto, un problema, una encrucijada existencial, digo que se puede resolver con puras matemáticas. Un día, si quieres te pongo ejemplos. CUADROS, COMENTARIOS Y POESÍA, TAMBIÉN LAS ISLAS FIJI
Las columnas del orbe Desde el paseo de cipreses que hay detrás de la Abadía de Sacromonte, en Granada
sobre la alta mirada sube la estancia, mucho más alta, vuela la imaginación sobre la recreación, queda el alma serena, llena de amor, mucho más alta descansa la vida plena y luminosa ensueña al gran universo que el universo ensancha... mucho más alta, a tu belleza, su gran belleza gana, sobre las altas colinas, otra es más alta José María Torres Morenilla Contestación: " Es el primer poema que me produce escalofríos, se me saltan las lágrimas. Estás sobrado, te has pasado, vuelas alto y mi vista te alcanza, más bien te intuye, con ayuda de anteojos de muchos aumentos. Más que entenderte, te siento; más que analizar, me siento y mi sentimiento es gozo arrebatado; en lugar, de leer frases, leo estados de ánimo, mejor aún, ampliaciones de conciencia, que otros llaman alteraciones o modificaciones. No te quedes sentado a la derecha del Padre, que todavía estás encarnado, no has muerto, descendido a los infiernos ni resucitado. Así que espera a la Ascensión, tu ascensión o asciende y baja entre los mortales todos iguales, igualados por el nacimiento y la muerte y también el amor crístico, incondicional, universal, no excluyente. Los maristas, Consuelo, Alfonso... también nos colamos, disfrazados a veces de miembros de un jurado literario. No seas miedica, no seas soberbio. Un abrazo alfonso Gracias por apreciar mis líneas. Siempre tuve a Dalí por franquista de derechas aprovechado, pero ignoraba su búsqueda interior. Cerca de la locura, tal vez intuyó a Dios e intentó plasmarlo en una época de mojigatería con delirios, provocaciones y actos libertarios." |